jueves, 29 de octubre de 2009

Perfección - Cómo lograrla




"El Señor ejerce su poder desde el interior del hombre hacia afuera. Por el contrario, el mundo lo ejerce desde afuera hacia el interior. El mundo trata de sacar la gente de los barrios bajos; Cristo saca la bajeza social del corazón de las personas y ellos mismos salen de los barrios bajos. El mundo trata de reformar al hombre cambiándolo de ambiente; Cristo cambia al hombre, y éste cambia el ambiente que lo rodea. El mundo trata de amoldar el comportamiento del hombre, pero Cristo puede cambiar la naturaleza humana. Cristo cambia a las personas, y aquellos que hayan cambiado pueden a su vez cambiar al mundo. Los que se transforman por Cristo permitirán que El los guíe. Los que siguen a Cristo se amalgamarán con El. No sólo son capaces de morir por el Señor, sino, lo que es más importante aún, desean vivir con El."
(Pte. Ezra Taft Benson, Liahona enero 1986, pág.3)

lunes, 26 de octubre de 2009

Paz - Cómo se obtiene



"La paz no es una compra a plazos; no se obtiene con el pago de una última cuota; no se logra al casarse, ni cuando los chicos empiezan la escuela; no sobreviene cuando el último regresa de la misión; no se recibe al cobrar una herencia; no nos llega cuando las heridas de la muerte de un ser querido empiezan a cicatrizar. La verdadera paz no puede depender de condiciones ni sucesos, sino que debe surgir de un contentamiento interior basado en la confianza, la fe y la buena voluntad hacia Dios, nuestros semejantes y nuestro yo. Los que están firmemente sujetos al evangelio de Jesucristo deben nutrirla constantemente; sólo entonces puede comprender la persona que las penas y tribulaciones de la vida diaria son mínimas en vista de la bondad absoluta de Dios. La búsqueda de una paz perdurable es algo eterno. La obediencia a la ley nos brinda paz; también la obtienen los que desarrollan su carácter y confianza."
(Elder Marvin J. Ashton, Liahona enero 1986, pág. 54)

jueves, 22 de octubre de 2009

No jugar con la tentanción

La tentación está dondequiera. Las oportunidades de hacer el bien o de hacer el mal están por todas partes; pero no debemos tentar a la tentación. Como un agudo observador dijo: "Cuando algunas personas huyen de la tentación, dejan su nueva dirección." Si nosotros no tratamos de hacer
nada equivocado, ni siquiera debemos pensar en ello, y si no queremos que la tentación nos siga, no debemos actuar como si estuviéramos interesados. Nadie puede caer a un precipicio, si no se acerca a él.
élder Richard L. Evans
Abril 1970

Todos necesitamos de consejo

Cualquiera que piense que no necesita consejo y tercamente decide ir por su propio camino,
le esperan dificultades y tragedias.
Consultad con los padres, obispos, gente competente y de plena confianza. El presidente Smith consuta a sus consejeros. El Consejo de los Doce consulta a los Hermanos. "No hay en la existencia humana nadie tan importante que no sea responsable ante alguien."
"Ningún hombre es lo suficientemente listo como para conocer todas las respuestas. Ningún hombre es tan sabio que no pueda beneficiarse consultando a los demás. (Hubo un gran concilio en los cielos
antes que el mundo fuera.) Y no os olvidéis de hablar con el Señor. Y cuando lo hagáis,
escuchad. Como el presidente Harold B. Lee dijo durante la semana: "Oramos pidiendo
ser guiados, pero, ¿escuchamos?" La comunicación por medio de la oración es muy real y todos nosotros necesitamos de una guía en nuestras decisiones.
élder Richard L. Evans
Abril 1970

Exodo 3:5

El Señor le enseño a Moisés acerca de cosas y lugares  sagrados.   Nosotros  también  tenemos
la oportunidad de estar en lugares santos.  Los templos, los edificios de la iglesia y los hogares
de  ustedes  merecen  su  respeto,  porque  son sagrados.
Elder Harold G. Hillam
Liahona Julio de 2000
Pag.11

El ejemplo que debemos dar como lideres

Ahora  quisiera  hablar  un momento  a  ustedes, maestros,  padres,  madres,  lideres  del
Sacerdocio,  Obispos,  Presidentes  de  Estaca,  y maestros    y  maestras  de  la  primaria,  de  las
mujeres jóvenes, de los hombres jóvenes y de la escuela Dominical.  El Señor he recordado a
todos que el valor de las almas es grande a la vista  de  Dios.  Todos  tenemos  la responsabilidad de enseñar a esos maravillosos jóvenes  y  jovencitas  y  allegarnos  a  ellos  por medio  de  nuestro  ejemplo.    Cómo  dice  una canción  de  los  niños  “¿cómo  van  a  saber  a menos que se lo digamos?” Y quizá  podríamos agregar:  ¿cómo  lo  sabrán  a menos  que  se  lo mostremos?.
Elder Harold G. Hillam
Liahona Julio de 2000
Pag.12

Espiritualidad - Una lente para mirar la vida

"Los miembros fieles de la Iglesia tenemos una forma particular de ver la vida: contemplamos nuestras experiencias con una perspectiva eterna. Cuánto más nos alejamos de lo mundano, tanto más cerca nos sentimos de nuestro Padre Celestial y más capaces somos de dejarnos guiar por su Espíritu. A este atributo llamamos espiritualidad. Para los fieles, la espiritualidad es una lente a través de la cual miramos la vida y una norma con la que evaluamos. La forma en que interpretamos nuestras experiencias también depende del nivel de nuestra espiritualidad. Algunos interpretan la vida terrenal puramente desde el punto de vista de sus logros personales y posesiones materiales. En contraste, los que tenemos un testimonio del evangelio de Jesucristo debemos interpretar las experiencias de acuerdo con nuestro conocimiento del propósito de la vida, de la misión del Salvador y del destino eterno de los hijos de Dios. La espiritualidad no es función de un cargo o llamamiento. Un científico puede ser más espiritual que un teólogo; un maestro puede ser más espiritual que un dignatario oficial. El punto de vista de la persona y aquellas cosas a las que da preferencia determinan su espiritualidad; ésta se manifiesta en sus palabras y acciones."
(Elder Dallin H. Oaks, Liahona enero 1986, pág. 46)

Nuestra responsabilidad

"Mis amados hermanos, voy avanzando en los noventa años; voy envejeciendo y perdiendo mi vigor, y me siento agradecido por vuestras oraciones y el apoyo de las demás Autoridades Generales. Doy gracias al Señor por renovar mi organismo de vez en cuando para que pueda seguir edificando Su reino. No sé cabalmente por qué Dios me ha preservado hasta esta edad, pero esto sí sé: que al presente El me ha revelado la absoluta necesidad de llevar el Libro de Mormón al mundo ahora y de un modo maravilloso. Todos vosotros debéis ayudar en esta tarea y en esta bendición que Dios ha depositado sobre toda la Iglesia, sobre todos los miembros de Sión. Moisés nunca entró en la tierra prometida. José Smith nunca vio la redención de Sión. Algunos tal vez no vivamos para ver el día en que el Libro de Mormón inunde la tierra y el Señor quite su condenación (véase DyC 84:54-58). Pero, Dios mediante, pienso dedicar el resto de mis días a esta magnífica tarea."
(Pte. Ezra Taft Benson, Liahona enero 1989, pág. 6)

Paciencia - Aprender a ser pacientes

"Los diccionarios definen la paciencia como la virtud para sufrir los infortunios sin quejarse. Además, es lo contrario de la prisa y el impulso; es perseverancia, pese a la oposición, las dificultades o la adversidad. Una cierta cantidad de impaciencia puede ser buena para estimularnos y motivarnos a la acción. Sin embargo, creo que una importante causa de las dificultades y la infelicidad en el mundo hoy sea la falta de paciencia. A menudo nos impacientamos con nosotros mismos, con nuestros familiares y hasta con el Señor. Exigimos lo que queremos en el mismo momento, sin tener en cuenta si lo hemos ganado, si será bueno para nosotros o si es correcto. Debemos aprender a ser pacientes con nosotros mismos. Reconociendo los puntos fuertes y los débiles que tenemos, debemos esforzarnos por tener buen juicio para todas nuestras decisiones, aprovechar toda oportunidad y poner lo mejor de nosotros mismos en todo lo que hagamos. No debemos estar indebidamente desalentados cuando estamos haciendo lo más que podemos, sino más bien satisfechos con nuestro progreso aun cuando a veces sea lento."
(Elder Joseph B. Wirthlin, Liahona julio 1987, pág. 28-30)

Pruebas - Busquemos inspiración

"¿Cuántas veces nos dejamos vencer porque oramos por viento y nada sucede? Pedimos cosas buenas que no recibimos, de modo que nos sentamos a esperar sin hacer nada. Siempre debemos orar para recibir ayuda, pero siempre debemos escuchar para recibir inspiración y las impresiones para proceder de maneras diferentes de las que se nos habían ocurrido. Dios escucha nuestras oraciones; Él sabe más que nosotros; Él tiene una experiencia infinitamente más grande que la nuestra. No dejemos de avanzar porque pensemos que hay un obstáculo en el camino o que la única puerta por la que podemos pasar está cerrada. No importa cuáles sean nuestras pruebas, nunca debemos decir: 'Es suficiente'. Sólo Dios tiene ese derecho. La responsabilidad que tenemos es la de preguntar: '¿Qué más puedo hacer?', y luego escuchar la respuesta y actuar."
(Elder John H. Groberg, Liahona enero 1994, pág. 31)

Principios - Aplicarlos en la vida cotidiana

"No hay una sola cosa grandiosa que se pueda hacer para obtener la vida eternal y yo creo que la gran lección que debemos aprender en el mundo actual es la de aplicar los gloriosos principios del evangelio a los pequeños actos y deberes de la vida cotidiana. No creamos que porque algunas cosas hoy parecen pequeñas y triviales no tienen importancia. La vida, después de todo, está hecha de cosas pequeñas. Nuestra vida, nuestro ser, se mantiene con pequeños latidos. Pero si ese corazón cesa de latir, la vida en este mundo se termina. El sol es una fuerza poderosa del universo, pero es una bendición para nosotros porque lo recibimos en rayos pequeños, que, todos juntos, llenan la tierra de luz solar. La oscuridad de la noche se hace más llevadera por el resplandor de lo que parecen ser pequeñas estrellas. Así también la vida de la persona cristiana se compone de pequeños actos buenos realizados a toda hora en el hogar, en el quórum, en la organización, en la comunidad o en cualquier lugar donde vivamos o sirvamos."
(Pte. David O. McKay, Conference Report octubre 1914, pág. 87-88)

Padres - Responsabilidad de cuidarlos

"Los que somos jóvenes nunca debemos estar tan ciegamente entregados a nuestras propias ocupaciones que nos haga olvidar que todavía hay entre nosotros aquellos que vivirán en soledad, a menos que les permitamos compartir nuestras vidas como una vez ellos compartieron la suya con nosotros. No podemos devolverles sus días de juventud, pero podemos ayudarlos a vivir en la tibia calidez de un atardecer que se hace más bello por nuestra cordialidad, nuestro sustento y nuestro amor sincero y activo. La vida en su plenitud es un ministerio amoroso de servicio de generación a generación. Dios quiera que aquellos que nos pertenecen nunca queden abandonados en la soledad."
(Elder Richard L. Evans, Thoughts for One Hundred Days, pág. 222)

Dios se comunica con nosotros

"Quizás la lección más importante que el joven José Smith aprendió en la Arboleda Sagrada es esta importante verdad eterna: Los cielos no están cerrados. Dios sí se comunica con los seres mortales; Él nos ama en la actualidad como amó a los que vivieron en la antigüedad. ¡Qué consuelo brinda este conocimiento en un mundo de confusión y desaliento! ¡Qué paz y seguridad obtiene el alma que comprende que el Dios de los cielos nos conoce y se preocupa por nosotros, tanto en forma individual como colectiva, y que se comunica con nosotros, ya sea directamente o por medio de Sus profetas vivientes, de acuerdo con nuestras necesidades!"
(Elder M. Russell Ballard, Liahona enero 1995, pág.77)

Templo - Experiencia sublime

"Nuevamente recalcamos las bendiciones personales que se reciben por medio de la adoración en el templo, y la santidad y la seguridad que reinan dentro de esas sagradas paredes. Es la Casa del Señor, un lugar de revelación y de paz. Al asistir al templo, aprenderemos más plena y profundamente el propósito de la vida y el significado del sacrificio expiatorio del Señor Jesucristo. Hagamos del templo, conjuntamente con la adoración, los convenios y el casamiento que se efectúan en sus recintos, nuestra meta terrenal suprema y nuestra experiencia más sublime. Compartamos con nuestros hijos los sentimientos espirituales que tengamos en el templo. Y enseñémosles con más devoción y más naturalidad las cosas que debidamente podamos decirles en cuanto a los propósitos de la Casa del Señor."
(Pte. Howard W. Hunter, Liahona enero 1995, pág. 100)

Testimonio - Hay que nutrirlo

"Los miembros de la Iglesia deben ser como robles y extender sus raíces en la tierra fértil de los principios fundamentales del evangelio; debemos entender las verdades básicas y sencillas y vivir de acuerdo con ellas, sin complicarlas. Nuestro fundamento debe ser sólido y de raíces profundas a fin de resistir los vientos de las tentaciones, de las doctrinas falsas, de la adversidad y de los ataques del adversario, sin vacilar y sin ser arrancados de cuajo. Los miembros cuyas raíces lleguen sólo a la superficie del evangelio necesitan profundizarlas hasta que se hundan en la roca sólida, más abajo de la capa blanda. El alimento espiritual es tan importante como una dieta equilibrada para conservarnos fuertes y saludables. Nuestra fortaleza espiritual es como las baterías: hay que cargarlas y volverlas a cargar con frecuencia."
(Elder Joseph B. Wirthlin, Liahona enero 1995, pág. 85)

Convenios - Credencial para la exaltación

"El marinero se orienta por medio de la luz que proviene de los astros: de día, el sol; de noche, las estrellas. El sextante espiritual, que toda persona posee, también funciona basado en el principio de la luz que proviene de fuentes celestiales. Ajustad ese sextante de la mente en la palabra convenio o en la palabra ordenanza, y recibiréis la luz con la que entonces podréis fijar vuestra posición y marcar un rumbo correcto en la vida. No importa nuestra ciudadanía o raza, si somos hombres o mujeres, no importa nuestra educación o empleo, ni la época en que vivimos, ya que la vida para todos en un viaje de regreso al hogar, de regreso a la presencia de Dios en su reino celestial. Las ordenanzas y convenios constituyen nuestra credencial para entrar en la presencia de Dios. El recibirlos dignamente es la meta principal de la vida, y cumplir con ellos es el objetivo de esta vida."
(Elder Boyd K. Packer, Liahona julio 1987, pág. 22)

Debe ser periódica

"A veces necesitamos una crisis en la vida que nos reconfirme cuáles son las cosas que realmente valoramos y atesoramos. Las Escrituras están llenas de ejemplos de personas que tuvieron que pasar por una crisis antes de comprender cómo podían servir mejor a Dios y al prójimo. Si vosotros también os hacéis un examen de conciencia y valerosamente evaluáis vuestro orden de prioridades, quizás descubráis que necesitáis equilibrarlo mejor. El efectuar periódicamente un examen de los convenios que hemos hecho con el Señor nos ayudará a establecer orden en nuestras prioridades y equilibrio; nos hará ver de qué tenemos que arrepentirnos y en qué cambiar, a fin de asegurarnos de ser dignos de las promesas que acompañan nuestros convenios y sagradas ordenanzas. Para ocuparnos de nuestra salvación tenemos que planificar bien y hacer un esfuerzo deliberado y valiente."
(Elder M.Rusell Ballard, Liahona julio 1987, pág. 12)

Es parte del amor

"El escuchar consiste en algo más que simplemente permanecer en silencio. Para escuchar se requiere una atención profunda; el momento de escuchar es cuando alguien necesita que se le preste atención; el momento de tratar con una persona que tiene un problema, es cuando tiene ese problema. El momento de escuchar es cuando nuestro interés y amor son vitales para aquel que busca que le escuchemos, el que busca nuestro corazón, nuestra ayuda y nuestro interés. Debemos incrementar nuestra habilidad de formular preguntas inteligentes y luego escuchar intensamente y con naturalidad. El arte de escuchar es parte del amor."
(Elder Marvin J. Ashton, Liahona agosto 1976, pág. 46)

Afectan la eternidad

"'El maestro', como observó Henry Brook Adams, 'afecta la eternidad y no se puede apreciar dónde termina su influencia'. Esta verdad atañe a todos nuestros maestros. En el hogar, en la escuela y en la Casa de Dios, hay un maestro cuya vida se proyecta por encima de los demás. El enseñó sobre la vida y la muerte, el deber y el destino. Vivió no para que lo sirvieran sino para servir, no para recibir sino para dar; no para salvar su vida, sino para sacrificarla por los demás. Describió un amor más hermoso que la codicia, una pobreza más rica que un tesoro. Se ha dicho que este maestro enseñaba con autoridad y no como lo hacían los escribas. Me refiero al Maestro de maestros, Jesucristo, al Hijo de Dios, el Salvador y Redentor de la humanidad. Cuando los dedicados maestros responden a la cálida invitación del Señor: 'Venid, aprended de mí', no solamente aprenden, sino que también llegan a ser partícipes de su divino poder."
(Pte. Thomas S. Monson, Liahona octubre 1990, pág. 4,8)

Cómo superarlas

"Al igual que en el caso de Abraham de antaño, se pondrá a prueba nuestra fe. Padeceremos enfermedades, dolores, muerte y tragedias; eso es inevitable y es la razón más importante por la que escogimos participar en esta etapa terrenal. Pero podemos vencer esas dificultades y tribulaciones si recurrimos a los dones celestiales que nos ayudarán a verlas por lo que realmente son. Y a medida que las superemos, nos acercaremos más a nuestro Padre Celestial; sentiremos Su amor, adquiriremos Su conocimiento y Su verdad; podremos superar la prueba y perdurar hasta el fin. De lo que sí debemos preocuparnos es de aquello que no podemos reconocer, o sea la sustitución de la guía inspirada de Dios por la voluntad del hombre. No nos alejemos del camino recto guiados por los engaños de los hombres y moldeemos nuestra vida con los principios del evangelio y con el Espíritu de Dios. "
(Obispo Richard C. Edgley, Liahona julio 1993, pág. 13)

Forman parte de un estilo de vida

"A pesar de que son fáciles de encontrar, los principios verídicos no son fáciles de seguir a menos que formen parte de un estilo de vida establecido. Nos exigen librarnos de las ideas falsas; nos pueden causar luchas agotadoras en lo más íntimo de nuestro ser; serán motivos de enfrentamientos cruciales con la tentación, la presión social y el atractivo falso de 'lo que es fácil'. Sin embargo, al seguir resueltamente los principios correctos, forjaremos una fortaleza de carácter que estará a nuestra disposición en los momentos más difíciles. La constante obediencia a los principios vencerá los estilos de vida atractivos pero falsos que nos rodean. Y aun cuando ese cumplimiento fiel provoque la crítica y el ridículo de otras personas, los resultados eternos son tan valiosos que justifican cualquier sacrificio. Ahora bien, el principio más importante que puedo compartir con ustedes es. Anclemos nuestra vida en Jesucristo, nuestro Redentor."
(Elder Richard G. Scott, Liahona julio 1993, pág. 40)

Perecemos sin ellas

"Las Escrituras deben ser una de las cosas de más importancia en nuestra vida. Nuestra supervivencia espiritual durante las tensiones que imponen sobre nosotros la sociedad y las tentaciones de la época dependerán en gran forma de la fortaleza que recibamos por medio de las Escrituras y de escuchar las palabras de los profetas, videntes y reveladores. La gente, al igual que las naciones, perece sin las Escrituras. Estas son alimento para nuestro espíritu, el cual es tan fundamental como los alimentos que ingerimos para el cuerpo. Lo mismo que les pasa a las naciones, les pasa a las personas en forma individual: si no escudriñan las escrituras, dejan de conocer al Salvador."
(Élder Lionel Kendrick, Liahona julio 1993, pág. 15)

Moldean nuestra vida

"Todos nos enfrentamos con los problemas normales de la vida; tenemos enfermedades, cometemos transgresiones, pasamos por las difíciles etapas del arrepentimiento, luchamos en contra de la rebeldía y lidiamos con las tensiones de tener que proveer para la familia. Pero todo esto es normal; para eso nos preparamos y ésas son las cosas con las que debemos luchar.
Para aquellos que son fieles, las pruebas y las adversidades normales de la vida no tienen que convertirse en enemigas de la fe. Si bien no deseamos pasar por esas dificultades y por esos obstáculos, los aceptamos y moldeamos nuestra vida y nuestra fe de acuerdo con las enseñanzas que provienen de ellos. Los fieles nos valemos de los obstáculos que vencemos en la vida para acercarnos más a nuestro Padre Celestial."

(Obispo Richard C. Edgley, Liahona julio 1993, pág. 12)

Da significado a nuestra personalidad

"Es por medio del servicio que aprendemos a servir. Cuando nos encontramos involucrados en el servicio al prójimo, no sólo le asistimos con nuestros hechos, sino que también ponemos nuestros propios problemas en el marco de una nueva perspectiva. Cuánto más nos preocupamos por los demás, tanto menos tiempo hay para preocuparnos por nosotros mismos. En la misma médula del milagro del servicio, se encuentra la promesa hecha por Jesucristo de que "perdiéndonos" por la dedicación a los demás, sólo lograremos encontrar nuestro propio yo. No sólo que nos encontramos en el hecho de que reconocemos una guía en nuestra vida, sino que cuanto más sirvamos a nuestro prójimo de la manera apropiada, mayor será el provecho y el resultado que logremos para nuestra alma. El servicio al prójimo le da más significado a nuestra personalidad. En realidad, nuestra importancia intrínseca aumenta cuando dedicamos nuestros esfuerzos al bien de nuestros semejantes."
(Pte. Spencer W. Kimball, Liahona agosto 1975, pág. 2)

Importante controlarlos

"Si queremos resistir al mal y retener las bendiciones de haber nacido nuevamente, debemos obtener un aprovisionamiento constante del agua de vida eterna. Como siempre lo ha sido, la mayor lucha que tiene lugar en el mundo hoy día es por las almas de los hombres. Cada uno de nosotros participa personalmente en ella, usando como armas aquello que ha almacenado su mente. En otras palabras, el campo de batalla para cada persona está dentro de sí mismo, ya que es inevitable que uno se incline hacia aquello que domina sus pensamientos. Si queremos dejar a un lado las codicias de la carne y formar para nosotros y para nuestros hijos un carácter noble y grande, debemos atesorar tanto en nuestra mente como en las suyas principios dignos que sean motivo de reflexión y meditación. "
(Pte. Marion G. Romney, Liahona julio 1980, pág. 106)

Ayuda a enfrentar pruebas

"Las actitudes y las acciones que producen enseñanzas ejemplares son aquellas que están motivadas por la fuerza de un testimonio. Las convicciones que atesoramos en nuestros corazones son más importantes que nuestra propia vida si esas convicciones y tesoros son el resultado de un firme testimonio, producto de la revelación. Ello nos da el tipo de valor que nos permite enfrentar las pruebas de la vida con la seguridad de que nuestro Padre Celestial aprobará nuestra acción no importa las circunstancias que nos rodeen, la ignorancia de muchos o lo difícil de las pruebas.
En el mundo actual hay millones de personas que hacen lo posible, pero el premio es sólo para aquellos que hacen lo que parece imposible. Si las cosas pueden ser hechas, la eficacia personal y la habilidad pueden llevarlas a cabo. Si es que no pueden hacerse, sólo la fe y el testimonio pueden lograrlas."

(Elder Angel Abrea, Liahona, julio 1984, pág. 118)

No es aliada del progreso

"Necesitamos recordar que la contención es una pugna de uno contra otro, especialmente en las controversias o discusiones; es luchar, pelear, batallar, o disputar. La contención nunca fue ni será aliada del progreso. Nuestra lealtad jamás será medida por nuestra participación en las controversias. Hay muchos que entienden mal el alcance y los peligros de la contención. Muchos de nosotros nos sentimos inclinados a declarar "¡Yo no soy contencioso!; y peleo a quien afirme lo contrario". Todavía existen aquellos que prefieren perder a un amigo que una discusión. Es importante saber cómo estar en desacuerdo sin crear asperezas. Es importante observar una posición estrictamente franca y de análisis concienzudo, pero no de intercambios ásperos y polémicos. Nada hay que la contención no pueda herir. La contención afecta la estabilidad, la paz y la unidad del hogar. En lugar de discutir y crear fricciones entre los miembros de la familia, nuestro deber es edificar, escuchar y razonar juntos."
(Elder Marvin J. Ashton, Liahona agosto 1978, pág. 10)

Su poder

"El desafío de resistir al mal, es uno del cual los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días no pueden zafarse. Y si hemos de comenzar, que sea ahora. Comencemos con nosotros mismos. La reforma del mundo comienza con nuestra propia reforma. No podemos esperar influenciar a otros en dirección de la virtud a menos que vivamos en una forma virtuosa; el ejemplo de nuestra propia vida transmitirá un mensaje más poderoso que todas las predicaciones que hagamos. No podemos esperar elevar a otros a menos que nosotros mismos nos encontremos en un terreno más elevado."
(Pte. Gordon B. Hinckley, Liahona febrero 1976, pág. 28)

Interactúa con la esperanza y la caridad

"No es de extrañar que la fe, la esperanza y la caridad, las cuales nos llevan a Cristo, tengan una estrecha relación entre sí: la fe es en el Señor Jesucristo; la esperanza es en Su expiación; y la caridad es el amor puro de Cristo. Cada uno de estos atributos nos califica para el reino celestial; y, ante todo, cada uno nos exige ser mansos y humildes. La fe y la esperanza están en interacción constante, y quizás a veces no se distingan la una de la otra ni estén siempre en la misma secuencia. Aunque la esperanza no es conocimiento perfecto, las expectativas que provoca son, con certeza, verdaderas. En la geometría de la teología restaurada, la esperanza tiene una circunferencia mayor que la fe. Si la fe aumenta, el perímetro de la esperanza se ensancha en forma proporcional."
(Élder Neal A. Maxwell, Liahona enero 1995, págs.39,40)

Marca prioridades en nuestro amor

"La caridad se va asentando en nuestra alma al ir dejando a un lado lo que sirva primero para nuestra comodidad y egoísmo a fin de ir dando paso al amor a la familia y a los amigos, y, más aún, al llegar a comprender el amor incondicional de nuestro Señor por nosotros que nos manifiesta parentesco divino de los unos con los otros y con Él. Ese amor, o caridad, no brota de pronto ni permanece en forma constante en la mayoría de las personas, pero podemos adquirirlo al aprender y progresar, y esforzarnos por conocer el amor de Dios."
(Aileen H. Clyde, Liahona enero 1995, pág. 109)

Ejemplo - el de Jesucristo es perfecto Jesucristo

"Sigamos al Hijo de Dios en todo lo que hagamos y por todos los senderos de la vida. Que sea Él nuestro ejemplo y nuestro guía. Estamos en una época en la historia del mundo, así como en el progreso de la Iglesia, en que debemos dedicarnos a pensar más en las cosas sagradas y a comportarnos más como el Salvador espera que Sus discípulos lo hagan. En todo momento debemos preguntarnos: '¿Qué haría Jesús?' y luego actuar con más valor de acuerdo con la respuesta. Debemos ocuparnos de los asuntos de Su obra como Él se ocupó de los de Su Padre. Debemos hacer todo el esfuerzo posible por llegar a ser como Cristo, el único ejemplo perfecto y sin pecado que este mundo jamás haya visto."
(Pte. Howard W. Hunter, Liahona enero 1995, pág. 100)

Es la fortaleza de la Iglesia

"La fortaleza de esta Iglesia reside en los millones de humildes miembros que se esfuerzan día a día por realizar la voluntad del Salvador, un paso a la vez. Estos humildes miembros provienen de todas las nacionalidades, de todos los niveles sociales y de todas las situaciones económicas. Están incluidos los que tienen mucha educación así como los que viven en las aldeas más pequeñas en las áreas más remotas del mundo, pero en todos ellos late dentro de su corazón un vivo testimonio de Jesucristo y el deseo de servir al Señor. Al meditar sobre estos fieles miembros, me impresionan dos cualidades que todos tienen. Primero: sin importar su situación o posición económica, su humildad los lleva ser sumisos a la voluntad del Señor. Y segundo: a pesar de las dificultades y de las pruebas de la vida, son capaces de mantener un sentimiento de gratitud por las bendiciones de Dios y por la bondad de la vida. La humildad y la gratitud son, en verdad, las características gemelas de la felicidad."
(Obispo Richard C. Edgley, Liahona noviembre 2003, pág. 98)

Predisponerse a escuchar

"Es difícil aislar el canto de un pájaro de todos los demás ruidos de una ciudad con su agitado transitar, pero uno puede escucharlo con absoluta nitidez si se capacita y se predispone para ello. Muchas veces resulta difícil separar de la confusión que crea la vida, la apacible voz de la inspiración, y a menos que estéis en sintonía correcta, no la podréis percibir. Las respuesta a nuestras oraciones llegan de una forma sumamente queda; las Escrituras se refieren a la voz de inspiración como un silbo apacible y delicado. Si ponéis todos vuestros mejores esfuerzos, sin duda aprenderéis a percibir esa voz."
(Elder Boyd K. Packer, Liahona octubre 1979, pág. 29)

Fortalecen a las personas

"A menudo hacemos grandes esfuerzos tratando de aumentar los niveles de actividad en nuestras estacas, trabajamos diligentemente por aumentar la asistencia a las reuniones sacramentales; tratamos de obtener un mejor porcentaje de nuestros jóvenes que van a una misión; luchamos por mejorar la cantidad de casamientos en el templo. Todos estos son esfuerzos valiosos e importantes para el crecimiento del reino, pero cuando los miembros en forma individual y como familias se compenetran en el estudio de las Escrituras en forma regular y constante, esos otros resultados llegarán en forma automática. Los testimonios aumentarán, la dedicación se fortalecerá, las familias progresarán, la revelación personal abundará."
(Pte. Ezra Taft Benson, Liahona julio 1986, págs. 73,74)

Actitud de dar

"Nunca dio el Señor en espera de recibir. No conozco ningún caso en que haya dado para recibir algo a cambio. El fue siempre el dador, pocas veces el receptor. Nunca dio zapatos, calcetines o un vehículo; nunca regaló perfume, una camisa o un abrigo de pieles. Lo que El daba era de naturaleza tal que el receptor jamás podría haber devuelto su valor. Sus dádivas no eran comunes: ojos para el ciego, oídos para el sordo, piernas para el paralítico, pureza para el impuro, entereza para el débil, aliento para el moribundo. Sus dones eran oportunidades para el pisoteado, libertad para el oprimido, luz en la oscuridad, perdón para el arrepentido, esperanza para el desesperado. Sus amigos le dieron amparo, comida y amor. El les dio de sí mismo: su amor, su servicio, su vida. Los reyes magos de Oriente le llevaron oro e incienso, El les dio tanto a ellos como a todos sus semejantes mortales la resurrección, la salvación y la vida eterna. Debemos tratar de dar como El dio. Dar de nosotros mismos es un don sagrado."
(Pte. Spencer W. Kimball, The Wonderous Gift, pág. 2)

El buen ánimo

"El buen ánimo es un estado mental o emocional que promueve la felicidad o el gozo. Las personas de buen ánimo mitigan el dolor de los demás así como el que las abruma a ellas mismas. Ninguno de nosotros se verá libre de la tragedia y el sufrimiento, y cada uno reaccionará en forma diferente. No obstante, si recordamos la promesa del Señor que dice "yo, el Señor, estoy con vosotros", enfrentaremos nuestras aflicciones con dignidad y valor; encontraremos la fortaleza para tener buen ánimo en lugar de estar resentidos, criticar o darnos por vencido; podremos encarar los sucesos desagradables de la vida con una visión clara y con un espíritu fuerte. Los frutos del buen ánimo están dentro de nosotros, junto a nuestra resolución, prioridades y deseos; jamás procederán del exterior, no se pueden comprar ni robar, y son invalorables."
(Élder Marvin J. Ashton, Liahona julio 1986, págs. 59, 60)

Forja nuestra fortaleza

"Todos tenemos nuestras vicisitudes. A quien el Señor ama, corrige. Es gracias a los golpes de la adversidad, que los seres humanos aprenden las lecciones que ayudan a forjar a los hombres y mujeres fuertes, y no a las circunstancias que rodean el pináculo del éxito. En la hora del triunfo se encuentra el mayor peligro del hombre; y a veces, es preciso que éste sufra sus reveses de fortuna para que logre apreciar las bendiciones que goza, así como para que pueda desarrollar un carácter fuerte y valeroso.
Con la ayuda del Señor y las bendiciones de Dios, podemos hacer frente a cualquier vicisitud que nos pueda sobrevenir; cada crisis puede redundar en nuestro beneficio y bendición, y nos hará más fuertes, más valientes y más semejantes a Dios."

(Pte. Ezra Taft Benson, Liahona enero 1979, págs. 18,20)

Lugar más santo de la tierra

"Los templos, con las palabras "Santidad al Señor" escritas en ellos, están entre los lugares más santos de la tierra y son una evidencia del amor de Dios por todos Sus hijos, pasados y presentes. Las bendiciones del templo forman parte intrínseca y son inseparables del sacrificio; las ordenanzas que se llevan a cabo en él proporcionan acceso al beneficio completo del sacrificio expiatorio del Salvador; de por sí, ese solo elemento calificaría al templo como lugar santo. Pero también se nos requiere un sacrificio personal: sacrificamos tiempo en la búsqueda de nuestros antepasados y en cumplir nuestras responsabilidades con respecto al templo. Además, nos esforzamos por vivir de acuerdo con las normas más altas de dignidad, lo cual nos autoriza a entrar en el sagrado espacio de ese lugar santo."
(Élder Dennis B. Neuenschwander, Liahona mayo 2003, pág. 72)

Consecuencias de leerlo

"Estoy seguro de que si los padres leen el Libro de Mormón en forma regular y con oración, solos y con sus hijos, el gran espíritu de este libro penetrará en sus hogares y morará entre ellos; el espíritu de revelación aumentará y el respeto y la consideración mutuos serán aún mayores, desvaneciéndose así el ánimo de contención; los padres aconsejarán a sus hijos con más amor y sabiduría, y los hijos serán más sumisos al consejo de sus padres; la justicia aumentará; la fe, la esperanza y la caridad, que constituyen el amor puro de Cristo, engalanarán nuestro hogar, llevándonos paz, gozo y felicidad."
(Pte. Marion G. Romney, Liahona julio 1980, pág. 109)

Moldeado por la fe

"Dios utiliza tu fe para moldear tu carácter. El carácter es la manifestación de lo que llegarás a ser. Un carácter moralmente firme es el resultado de haber hecho elecciones correctas. Es evidente que lo que haces y lo que piensas determinan quién eres y en qué te convertirás. Por tanto, las elecciones que haces deben estar inspiradas por el Señor. Debes meditar, orar y ejercer fe para estar dispuesto a hacer elecciones que concuerden con las enseñanzas del maestro. Esas elecciones se hacen mediante tu fe en cosas en las cuales tú crees y, al actuar en consecuencia, serán confirmadas. Sólo se te da la guía suficiente para guiarte bien y no debilitar tu carácter en formación. Esa guía dará solidez a tu confianza en el Padre Celestial y en el Salvador. La fe moldeará la fortaleza de carácter que estará a tu alcance en tiempos de urgente necesidad. Ese carácter no se desarrolla en momentos de grandes desafíos o tentación, sino que es ahí cuando se utiliza."
(Élder Richard G. Scott, Liahona mayo 2003, pág. 77)

Cómo aumentarla

"Las enseñanzas, la doctrina y el ejemplo personal del Salvador elevan a todo el que crea en Él a una norma divina que exige que tanto la mira como la mente estén puestas únicamente en la gloria de Dios. La gloria de Dios abarca todo lo que sea santo. Nuestra capacidad de buscar, de reconocer y reverenciar lo santo sobre lo profano, y lo sagrado sobre lo secular, define nuestra espiritualidad. Ciertamente, sin lo santo y lo sagrado sólo nos queda lo profano y lo secular.
En medio del bullicio del mundo secular, con su segura inseguridad, tiene que haber lugares que ofrezcan refugio, renovación, esperanza y paz espirituales. Esos lugares existen verdaderamente y son santos. Son lugares donde enfrentamos lo divino y encontramos el Espíritu del Señor.
Para los Santos de los Últimos Días, esos lugares santos son nuestros hogares, las reuniones sacramentales y los templos."

(Élder Dennis B. Neuenschwander, Liahona mayo 2003, pág. 71)

Un derecho eterno

"Una de las razones por las que Dios emplea a los débiles del mundo para que realicen Su obra quizás sea la humildad y la amplia capacidad que éstos tienen para el contentamiento espiritual. De todos modos, la persona mundanal generalmente no tiene mucho interés en hacer lo que ellos consideran la insignificante obra del Señor. Es también significativo que el Señor rehuse intimidar a la gente enviando legiones de ángeles enviando a fin de asegurarse de que se cumpla Su voluntad. Su voluntad debe hacerse "a causa de la palabra", y no porque se nos obligue. La norma ha sido, es y seguirá siendo ésta: "No obstante, podrás escoger según tu voluntad" (Moisés 3:17). El Señor quiere una conversación sin intimidación. No olvidemos que en nuestra era de dar muchas vueltas a la cuestión del día, la única vuelta que Dios espera es nuestro alejamiento voluntario del pecado y que nos acerquemos a Él. Por lo tanto, el Señor no procura abrumarnos sino ayudarnos a vencer al mundo."
(Élder Neal A. Maxwell, Liahona julio 2000, pág.89)

Una consecuencia, no una recompensa

"Dios implantó en nuestro corazón nuestro anhelo por la felicidad. Representa una clase de nostalgia porque tenemos una memoria restante de nuestra existencia preterrenal. Además, es el sabor anticipado de la plenitud de gozo que se promete a los fieles. Podemos esperar con una fe perfecta que nuestro Padre satisfaga nuestros más profundos deseos de gozo. De hecho, el plan que nos ha dado para guiarnos se llama "plan de felicidad". El Libro de Mormón expresa claramente que la felicidad es nuestro destino. Habla de morar "con Dios en un estado de interminable felicidad" (Mosíah 2:41). Palabras tales como cosechar, restaurar, desear, implican que la felicidad es una consecuencia, no una recompensa. Somos restaurados a un estado de felicidad cuando escogimos vivir de acuerdo con el plan de felicidad. Nuestro gozo en el reino de Dios será una extensión natural de la felicidad natural que cultivemos en esta vida."
(Elder Jack H. Goaslind, Liahona julio 1986, págs. 50-51)

La Ciudad de Dios

"El evangelio nos da una idea del horizonte lejano y nos revela el resplandor de las luces de la Ciudad de Dios. Este es un lugar de semblantes alegres donde la justicia y la misericordia, al igual que la dignidad y la verdad, son compañeras constantes. Allí no existe la compulsión sino que prevalecen la generosidad y la bondad. El egoísmo y la vulgaridad son desconocidos puesto que pertenecían a un lugar pasado y primitivo. Aquí la envidia no podría florecer. Se estima a los vecinos como a uno mismo. En esta ciudad, en la que todos los residentes cumplen con el primero y el segundo mandamiento, habita una comunidad de personas excepcionales que son unidas en mente y corazón. Nosotros no seremos extraños en la Ciudad de Dios."
(Elder Neal A. Maxwell, Liahona Julio 1986 pág. 33)

Un proceso profundo

"Una de las invitaciones más persuasivas y a la vez una de las promesas más profundas del Salvador, se encuentra en la sencilla frase "buscad y hallaréis". Aunque el proceso de buscar comprende la oración y la súplica, es mucho más profundo que eso; es más bien un viaje que un suceso aislado, y lo comparo con unas largas vacaciones a través del país. Aunque no conozcamos el destino final, las ricas experiencias y el verdadero aprendizaje se darán día a día a medida que avancemos hacia la meta. Al buscar las cosas de Dios, debemos humillarnos ante Él y recordar que es por Su gracia que las recibimos, y enfocar los pensamientos y las oraciones, la fe y los deseos, aun toda la energía del corazón para recibir luz y entendimiento directamente de nuestro amoroso Padre Celestial."
(Elder Craig C. Christensen, Liahona mayo 2003, pág.33)

Fe y ejemplo

"Al ver la expresión de la mirada de nuestros hijos y nietos, vemos la duda y el temor de nuestros tiempos. Por doquiera que vayan esos seres queridos por el mundo oyen de desempleo, pobreza, guerra, inmoralidad y delitos y se preguntan cómo harán frente a esos problemas. En busca de respuesta, ellos nos miran a los ojos y escuchan nuestras palabras. ¿Nos oyen hablar con fe y esperanza, a pesar de las tribulaciones de nuestros días? Es necesario que ellos nos vean continuar orando y estudiando juntos las Escrituras, llevar a cabo la noche de hogar y consejos familiares, servir fielmente en nuestros llamamientos en la Iglesia, asistir al templo con regularidad, y ser obedientes a nuestros convenios. Cuando vean nuestra firmeza en guardar los mandamientos, sus temores se atenuarán y su confianza en el Señor aumentará. Al manifestar nuestra fe en medio de la tribulación, les aseguramos que la furia del adversario no es fatal."
(Elder Robert D. Hales, Liahona mayo 2003, pág.16)

Calla, enmudece

"Cuando se sientan sacudidos de un lado a otro por las tormentas de la vida, cuando las olas se eleven y los vientos soplen, en esos momentos sería natural que ustedes gritasen en el corazón: 'Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?'. Cuando vengan esos momentos, piensen en el día en el que el Salvador se despertó en la popa del barco y reprendió a la tempestad. 'Calla, enmudece', dijo. En ocasiones tal vez nos veamos tentados a pensar que el Salvador no es consciente de nuestras pruebas, pero, en realidad, lo correcto es lo opuesto; somos nosotros los que tenemos que despertar nuestro corazón a Sus enseñanzas. Empleen su inventiva, su determinación para resolver las dificultades. Hagan todo lo que puedan y dejen el resto para el Señor."
(Elder Joseph B. Wirthlin, Liahona julio 2000, pág.73)

Un escudo protector

"La rectitud es un escudo, un protector, un aislador, una fuerza, un poder, un gozo, un rasgo de Cristo. Sí, viviendo rectamente se rompen cadenas.
Muchos nos encontramos sujetos por las cadenas de los malos hábitos, por complejos de inferioridad creados por la mala conducta y la indiferencia; estamos sujetos por una falta de disposición a cambiar para el bien. No es extraño que hoy, como en los días de Nefi, Dios nos ruegue: 'Despierta', 'escucha', 'no lo pospongas más', 'créeme', 'vuelve', 'busca el camino recto'. Sacudirse las cadenas exige acción; no es posible romperlas con el deseo de hacerlo, ni lo lograremos con una declaración de lo que lo haremos. Se requiere cometido, autodisciplina y esfuerzo. Las cadenas pesan mucho sobre el corazón y el alma afligidos; nos relegan a una vida sin propósito ni luz; debido a ellas nos confundimos y perdemos el Espíritu. Entonces, es preciso que nos levantemos y respiremos el aire libre de la rectitud, que avancemos con paciencia, comprensión amor y un cometido firme."

(Elder Marvin J. Ashton, Liahona enero 1987, pág. 13)

El día de hoy forma parte de ella

"A veces, es como si viviéramos preguntándonos cuándo habrá de comenzar la vida y no siempre sabemos a ciencia cierta lo que estamos esperando. Prolongamos tanto esa espera que la vida se nos va de las manos y terminamos aguardando algo que hemos tenido en todo momento. Esta vida es cuando debemos hacer la obra asignada a ella. El día de hoy forma parte de la eternidad tanto como cualquier otro día de miles de años atrás o de miles de años de aquí en adelante. ¡Estamos en la eternidad, ya sea que estemos felices o desilusionados, ocupados o aburridos! Esta es la vida, y ella sigue su curso."
(Elder Richard L. Evans, Improvement Era, enero 1967, pág.65)

Característica positiva y activa

"La palabra perseverancia significa continuar por un camino determinado hasta lograr una meta u objetivo, a pesar de los obstáculos, la oposición y otras influencias contrarias. Es una característica positiva y activa. No es esperar inútil y pasivamente que suceda algo bueno. Nos da esperanza al ayudarnos a entender que los justos fracasan sólo cuando se rinden y dejan de esforzarse.
Hay personas que, cuando tienen que hacer una tarea difícil, dejan de lado todo lo demás hasta terminarla, mientras que otras simplemente se rinden. La necesidad de perseverar se expresa en las siguientes líneas: 'El talento es sólo el poder de hacer esfuerzos continuos. La línea que separa el fracaso del éxito es tan imperceptible que apenas la vemos cuando pasamos; es tan sutil que a menudo estamos sobre ella y no nos damos cuenta. Un poco más de perseverancia, un poco más de esfuerzo, y lo que parecía un fracaso inminente se puede transformar en un glorioso éxito'(Autor Anónimo)."

(Elder Joseph B. Wirthlin, Liahona enero 1988, pág.7)

Una voz apacible

"Aun en los niveles más altos de responsabilidad en este Reino de Dios, que se está edificando sobre la tierra, la revelación todavía se presenta como una voz apacible y delicada. El escuchar es en sí un desafío que todos tenemos. Tiempo para escuchar. La habilidad de escuchar. El deseo de escuchar. En asuntos religiosos muchos de nosotros decimos: '¿Qué has dicho? Habla más fuerte. No te oigo'. Y cuando Él no nos grita, no hace arder una zarza, ni nos escribe en tablas de piedra con su dedo, nos inclinamos a pensar que no nos escucha, que no se interesa en nosotros. Algunos, incluso, llegan a la conclusión que no hay Dios. Elizabeth Barret Browning escribió: 'Dios hace arder toda humilde zarza, pero sólo aquel que la ve arder se quita el calzado'. La voz apacible y delicada sigue siendo apacible."
(Elder Graham W. Doxey, Liahona enero 1992, págs. 28,29)

Un refugio para nosotros

"El templo es un refugio de las vicisitudes de la vida, un lugar de oración y meditación que brinda la oportunidad de recibir interiormente la paz, la inspiración, la guía, y con frecuencia, soluciones a los problemas que atormentan nuestra vida diaria. El templo es un lugar donde la chispa divina del hombre, o sea lo infinito en él, puede invocar lo infinito de Dios. Al hacer la obra del templo, desarrollamos una afinidad con nuestro Padre Celestial y con nuestro Señor y Salvador Jesucristo, la cual nos brinda paz, felicidad y gozo eterno. En el templo hay una influencia y un espíritu que influyen en la mente, el corazón y el alma de los presentes. Sí, es verdaderamente la Casa del Señor."
(Elder Franklin D. Richards, Liahona enero 1987, págs. 70,71)

Ingredientes básicos

"En las discusiones familiares no deben ignorarse las diferencias, aunque éstas deben considerarse y evaluarse con calma; el punto de vista u opinión de una persona no es por general tan importante como una relación saludable y continua; la cortesía y el respeto al escuchar y al responder durante una discusión, son ingredientes básicos en un diálogo apropiado. Al aprender a participar juntos de una asociación que tenga significado, podremos transmitir nuestros pensamientos de amor, dependencia e interés. Cuando nos inclinamos a darnos por vencidos en nuestros esfuerzos de establecer comunicación porque otros miembros de la familia no nos han respondido como esperábamos, quizás haríamos bien en emplear un sistema de "dar y recibir" en nuestras conversaciones. ¡Cuán importante es saber cómo estar en desacuerdo con el punto de vista de otra persona sin mostrar un desacuerdo abierto!
(Elder Marvin J. Ashton, Liahona agosto 1976, pág. 45)

Un asunto de altura espiritual


"Cuánto más guiemos nuestra conducta de acuerdo con lo eterno, mejor podremos manejarnos en la mortalidad. Cuánto más comprendamos las enseñanzas de Jesucristo con respecto al propósito de la vida, mayor será nuestro sentido de identidad. Cuánto más aceptemos la paternidad de Dios, mejor podremos comprender y aplicar la hermandad del hombre. Cuánto mejor podamos entender lo que realmente sucedió en la vida de Jesús de Nazaret, en el Jardín de Getsemaní y en el Calvario, más comprenderemos la importancia del sacrificio y de la generosidad en nuestra vida. La vida plena no consiste simplemente en vivir más; es un asunto de altura espiritual y de logros, más bien que de extensión de la vida."
(Pte. Spencer W. Kimball, Liahona junio 1979, pág.5)

Escrituras de los Santos de los Últimos Días

Con el proposito de ampliar nuestros conocimientos y entendimiento del Evangelio, te invito a que contribuyas con material e informacion que pueda ayudarnos a llevar a cabo este proposito, el unico requisito que se necesita para las contribuciones es que al final de cada cita, lleve su respectiva referencia para poder ubicarla posteriormente.
Gracias por el apoyo.