jueves, 22 de octubre de 2009

Un derecho eterno

"Una de las razones por las que Dios emplea a los débiles del mundo para que realicen Su obra quizás sea la humildad y la amplia capacidad que éstos tienen para el contentamiento espiritual. De todos modos, la persona mundanal generalmente no tiene mucho interés en hacer lo que ellos consideran la insignificante obra del Señor. Es también significativo que el Señor rehuse intimidar a la gente enviando legiones de ángeles enviando a fin de asegurarse de que se cumpla Su voluntad. Su voluntad debe hacerse "a causa de la palabra", y no porque se nos obligue. La norma ha sido, es y seguirá siendo ésta: "No obstante, podrás escoger según tu voluntad" (Moisés 3:17). El Señor quiere una conversación sin intimidación. No olvidemos que en nuestra era de dar muchas vueltas a la cuestión del día, la única vuelta que Dios espera es nuestro alejamiento voluntario del pecado y que nos acerquemos a Él. Por lo tanto, el Señor no procura abrumarnos sino ayudarnos a vencer al mundo."
(Élder Neal A. Maxwell, Liahona julio 2000, pág.89)

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