jueves, 22 de octubre de 2009

Un refugio para nosotros

"El templo es un refugio de las vicisitudes de la vida, un lugar de oración y meditación que brinda la oportunidad de recibir interiormente la paz, la inspiración, la guía, y con frecuencia, soluciones a los problemas que atormentan nuestra vida diaria. El templo es un lugar donde la chispa divina del hombre, o sea lo infinito en él, puede invocar lo infinito de Dios. Al hacer la obra del templo, desarrollamos una afinidad con nuestro Padre Celestial y con nuestro Señor y Salvador Jesucristo, la cual nos brinda paz, felicidad y gozo eterno. En el templo hay una influencia y un espíritu que influyen en la mente, el corazón y el alma de los presentes. Sí, es verdaderamente la Casa del Señor."
(Elder Franklin D. Richards, Liahona enero 1987, págs. 70,71)

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